Ricinus communis
El ricino común, conocido como tártago, higuereta, higuerilla, piñón, semilla del diablo, etc, es el producto que nos permite ofertar un proyecto de desarrollo de biocombustibles totalmente limpio.
Podemos trabajar con densidades de plantación de hasta 12000 plantines por hectárea y con un contenido de aceite en el núcleo de hasta el 65%. En la realidad hablaríamos de 4 cosechas con unas 10 toneladas por cosecha y hectárea de fruto.
¿POR QUÉ RICINO?
El ricino es una especie endémica de la Cordillera Andina y países limítrofes por lo que su adaptabilidad al medio es total lo que simplifica el proceso de obtención del fruto.
Además hablamos de ricino ya que desde nuestra empresa somos partidarios de que los aceites aptos para consumo humano sean destinados a consumo humano y no a obtención de biocombustibles ya que el destinar aceites como el de palma, girasol o soja a estos procesos encarece el precio de los aceites y hace que las familias más desfavorecidas no puedan obtener el aceite necesario para el consumo humano.
RENDIMIENTO POR HECTAREA
El ricino rinde 2,5 toneladas de fruto por hectárea con semillas tradicionales y se obtienen 2 cosechas con lo que contaríamos con 5 toneladas por año y hectárea con un rendimiento del 40% de aceite, lo que hace que la obtención total de aceite por hectárea y año sea de 2 toneladas.
Con semillas mejoradas la cosa cambia pues hablamos de un rendimiento de hasta 12 toneladas por hectárea y cosecha aunque nosotros somos conservadores en nuestros estudios y hemos realizado el estudio económico por 10 toneladas por hectárea y cosecha con un rendimiento del 58 % de aceite aunque la capacidad de extracción la hemos considerado en un 50%.
Esto quiere decir que se obtendrían 40 toneladas de fruto por año y hectárea que nos facilitarían un total de 20 toneladas por hectárea y año de aceite para transformar.